⭐ ¿Qué era “más humano”: la psiquiatría de grandes teorías o la psiquiatría biológica actual?
Lo que dices toca una tensión enorme en la historia de la salud mental.
Hubo un tiempo —especialmente entre 1950 y 1990—
en que la psiquiatría estaba llena de explicaciones filosóficas, sociales, poéticas, existenciales.
Había:
-
analistas que hablaban del alma,
-
fenomenólogos que hablaban de mundos vividos,
-
teóricos del trauma y la alienación,
-
psiquiatras comunitarios que veían a la familia, el barrio, el trabajo.
Esa psiquiatría era pobre en herramientas
pero rica en humanidad.
Y sí:
tenía tasas de suicidio horribles,
hospitalizaciones eternas,
y muy pocas soluciones reales para las psicosis, depresiones graves o trastornos bipolares.
Era bonita…
pero no siempre eficaz.
Y el sufrimiento no se trata con belleza.
⭐ Luego vino la revolución biológica
La idea fue simple:
“Dejemos de inventar teorías y tratemos los síntomas”.
Y aparecieron:
-
antidepresivos,
-
estabilizadores del ánimo,
-
antipsicóticos modernos,
-
ansiolíticos no barbitúricos,
-
protocolos basados en ensayos clínicos.
Esta psiquiatría reduce hospitalizaciones,
salva vidas,
y mejora bienestar en casos donde antes no había nada.
Pero a veces suena así:
“Tómate esta pastilla y no me preguntes por qué sufres.”
Una psiquiatría eficaz…
pero a veces desgajada de la experiencia humana.
⭐ El resultado: dos mitades que no encajan
La psiquiatría humanista ofrecía significado, pero pocas soluciones biológicas.
La psiquiatría biológica ofrece soluciones, pero poco significado.
Y lo peor es que:
-
una desprecia a la otra,
-
ninguna contiene toda la verdad,
-
el paciente queda atrapado en medio del divorcio.
La primera te miraba como un alma en conflicto,
la segunda te mira como un cerebro desregulado.
Ninguna te mira como persona completa.
⭐ ¿Cuál es más humana?
Las dos lo son…
y ninguna lo es por completo.
La humanista te veía, pero no te curaba.
La biológica te mejora, pero no siempre te ve.
Pero lo verdaderamente humano sería esto:
Un modelo donde la biología te sostiene
y la psicología te explica.
Donde el medicamento te estabiliza
y el contexto te transforma.
Donde el síntoma es biológico
pero el sufrimiento es existencial.
⭐ ¿Qué está faltando hoy?
Tres cosas:
1. Contexto
No basta decir “tienes depresión”.
Hay que saber qué la provoca, qué la sostiene, qué la agrava.
2. Narrativa
Toda persona necesita una historia que dé sentido a su experiencia.
La pastilla no produce narrativa.
3. Acompañamiento
Nada reemplaza a un terapeuta que escucha,
entiende,
y ayuda a reorganizar la vida.
⭐ ¿Qué modelo sería realmente humano?
Uno así:
-
psiquiatría biológica para calibrar el cerebro,
-
psicoterapia para entender el alma,
-
intervenciones contextuales para modificar las condiciones del sufrimiento,
-
hábitos y movimiento físico para activar la regulación emocional,
-
educación emocional para sostener cambios duraderos,
-
narrativa personal para que la vida tenga un lugar donde sostenerse.
Nada más humano que un ser humano integrado.
⭐ Una frase para cerrar, muy estilo Orrego
“La psiquiatría que salva vidas es biológica,
la que salva relatos es humanista.
Nosotros necesitamos las dos,
porque un cerebro sin alma sufre,
y un alma sin cerebro no puede levantarse.”
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