Es fundamental que el investigador principal se integre completamente en la spin-off. 


Si este investigador no hace el cambio hacia la spin-off y sigue trabajando únicamente en el centro de investigación, la compañía puede perder atractivo frente al capital privado. Este es un factor crítico; un inversor prefiere ver al investigador dentro de la empresa, trabajando a tiempo completo. Esto incrementa las probabilidades de éxito de la spin-off, ya que los inversores buscan que los emprendedores estén completamente dedicados al proyecto.

Investigaciones sobre startups exitosas han demostrado que tener al experto tecnológico dentro de la compañía aumenta significativamente las probabilidades de éxito. Las compañías lideradas únicamente por un MBA o un experto en gestión tienen menores probabilidades de éxito en comparación con aquellas donde el líder es el propio investigador principal o un tecnólogo. El rol del líder emprendedor es fundamental, pero debe complementarse con el perfil técnico.

Otro aspecto crítico para los inversores es que la spin-off esté resolviendo un problema real y crítico para los clientes. Muchos emprendedores proponen proyectos en sectores saturados como e-commerce o redes sociales, pero estos tienen bajas probabilidades de éxito debido a la gran competencia. Los inversores buscan proyectos que resuelvan necesidades reales de los clientes, lo que se denomina "J to be do" (el trabajo que los clientes necesitan hacer). La clave es que exista un trabajo sin una herramienta adecuada para realizarlo, lo cual representa una oportunidad de mercado.

El proyecto debe operar en un mercado grande y en crecimiento rápido. Los mercados grandes que crecen rápidamente ofrecen un margen de error más amplio, lo que es vital en las etapas iniciales de una spin-off. Este tipo de mercados permiten una mayor flexibilidad para cometer errores sin que la compañía se quede sin recursos.

Además, los inversores valoran proyectos con alta complejidad tecnológica, especialmente aquellos que cuentan con protección, como patentes. En el caso de software, aunque las patentes son más difíciles de obtener, lo importante es que el sistema sea suficientemente complejo y difícil de replicar. Las investigaciones muestran que los sistemas complejos, donde las tareas están altamente interrelacionadas, son más difíciles de copiar, lo que les da una ventaja competitiva.

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