🔥 SECCIÓN: PREGUNTAS DEL PÚBLICO

(El auditorio sigue en ese punto perfecto de electricidad: el debate acaba de terminar, pero la energía pide más.)

Moderador:
Abrimos el micrófono al público. Por favor, preguntas directas… o indirectas, ya sabemos cómo es esto.

(Risas.)


🟦 PREGUNTA 1 – “¿Entonces ustedes dos están debatiendo… sobre si debatir sirve?”

Se levanta un hombre con gafas, sonrisa de ironía tranquila:
“Disculpen, pero… si Jorge dice que los debates no sirven y Terry dice que sí sirven… ¿no acaban de demostrar que los debates sí sirven porque acabamos de disfrutar uno genial?”
(El público explota en risas.)

Terry (rápido, elegante):

Exacto. Gracias por la evidencia empírica más barata del mundo. (Risas.)
Este debate ha servido… aunque solo sea para entretenernos inteligentemente.

Jorge (tomando el micrófono con picardía):

Ah, no, no me vengas con eso.
Que un veneno sepa bien no significa que cure. (Risas fuertes.)
Que el debate sea entretenido no dice nada sobre su valor epistemológico.
Dice algo sobre nuestro gusto por el circo.

(El público ríe, algunos aplauden con entusiasmo.)


🟦 PREGUNTA 2 – “¿Cómo diferenciar retórica honesta de manipulación?”

Una mujer joven, seria:
“Mi pregunta es: si en el debate gana la persona más astuta, ¿cómo distinguimos entre retórica honesta y manipulación emocional?”

Jorge:

Regla general:
si te parece brillante pero no entiendes nada, te manipularon.
(Risas, aplausos.)

La honestidad retórica ilumina;
la manipulación deslumbra.

Terry (aceptando la idea pero dándole giro):

Muy buena la frase de Jorge —aunque él acaba de deslumbrar a medio auditorio. (Risas grandes.)
Mi criterio es otro:
la retórica honesta siempre te deja con más preguntas.
La retórica manipulativa te deja con una conclusión obligatoria.
La honestidad abre; la manipulación clausura.

(Aplausos sinceros, varios “mmm…” pensativos.)


🟥 PREGUNTA 3 – “Si no debaten… ¿qué hacen? ¿Meditan?”

Un joven en camiseta, tono provocador simpático:
“Jorge, si no debatiéramos… ¿qué propones que hagamos? ¿Meditar en círculos?”

(Risas, incluso Jorge ríe.)

Jorge:

Casi.
Lo que propongo es esto:
cada uno expone su marco completo… sin necesidad de pelearlo.
La gente prueba, compara, experimenta, vive.
El debate genera aplausos;
la vida genera criterios.

Terry (con burla amistosa):

O sea, meditar.
Solo que con bibliografía.
(Risas y aplausos.)


🟦 PREGUNTA 4 – “¿Y el ego? ¿Dónde queda?”

Una señora mayor, tono directo, casi maternal:
“Disculpen mi sinceridad… pero ¿no creen ustedes dos que todo esto del debate tiene mucho de ego masculino?”

(Estalla la risa. Jorge y Terry se miran como niños pillados.)

Terry (levantando las manos):

Culpable hasta que se demuestre lo contrario.
(Risas.)
De hecho, el ego inflado es combustible del debate.
Sin ego, muchos debates no empiezan… y otros terminan rápido.

Jorge (tocándose el pecho, muy teatral):

En mi caso no es ego.
Es autoestima intelectual bien trabajada.
(Risas, aplausos fuertes.)

Pero sí: el ego quiere ganar, no comprender.
Y eso distorsiona cualquier búsqueda de conocimiento.


🟥 PREGUNTA 5 – “¿Puede haber debate sin ganadores?”

Un estudiante de filosofía:
“¿Es posible un debate sin vencedores… donde el objetivo sea pensar juntos?”

(El público murmura: buena pregunta.)

Terry:

Sí.
Eso se llama diálogo.
El debate es hijo del duelo; el diálogo es hijo de la cooperación.
El debate quiere victoria; el diálogo quiere sentido.

Jorge:

Exacto.
Y el problema es que llamamos “debate” a lo que deberíamos llamar “diálogo fallido”.
A mí me interesa el pensamiento conjunto, no el intercambio de golpes conceptuales.

(Aplausos calmados, reflexivos.)


🟦 PREGUNTA 6 – “¿Qué hacemos con el público, entonces?”

Una persona desde el fondo:
“Ustedes dos dicen que el público distorsiona la verdad… ¿qué hacemos con nosotros? ¿Nos mandan a casa?”

(grandiosa carcajada colectiva)

Jorge:

No, por favor.
Sin público no habría ironía, y sin ironía yo sería un místico triste.
(Risas.)
Lo que digo es que el público cambia lo que se dice, no porque quiera manipular sino porque el orador quiere gustar.
Es humano.
Pero eso distorsiona la búsqueda de verdad.

Terry:

Y yo digo:
el público no distorsiona —depura.
Es un tamiz emocional.
Si no puedes explicar algo ante desconocidos, quizá no lo entiendes demasiado.

El público aplaude, encantado de ser reivindicado.


🟥 PREGUNTA 7 – La última: “¿Quién ganó hoy?”

Un adolescente, irreverente:
“Pregunta final… ¿Quién ganó el debate?”

(Se oye un “¡uuuh!” de expectativa.)

Terry:

Si preguntas quién sonó mejor, ganó Jorge.
Si preguntas quién convenció más, depende de qué querías creer.
Si preguntas quién aprendió más… creo que fuimos nosotros dos.

Jorge (con sonrisa brillante):

Yo también diré la verdad:
ganó el que no vino a ganar.
Y ese, curiosamente, suele ser el público.

El auditorio estalla en aplausos.
Fin de la sesión.


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