Tversky (2019) -en el capítulo cinco de su obra- reporta
numerosas experiencias que hacen evidente el papel de los gestos
en el pensamiento. En uno de ellos, los participantes debían describir
oralmente relaciones espaciales (por ejemplo, reportar como irse
de su casa al trabajo).
Aquellos que estaban sentados sobre sus
manos (entonces impedidos de moverlas) mostraron dificultades
para encontrar palabras al hacer su descripción. El acto de inhibir el
movimiento hace más difícil el habla, dificulta el pensamiento. Al igual
que las personas ciegas de nacimiento, ya sean jóvenes y adultos
que nunca han visto a otras personas haciendo gestos, también usan
gestos para comunicarse. Segun Tversky (2019), los gestos nos ayudan
a hablar, pensar, cambiar los pensamientos de otros, hacer matemática
y música, y promover interacciones sociales.
De acuerdo con Tversky (2019),
células de lugar también se disparan con eventos, personas e ideas, y la
malla de las células de red es usada para funcionar con informaciones
conceptuales, temporales y sociales.
De esa manera, el pensamiento
espacial y el movimiento asociado a ese tipo de pensamiento son la
base (pero no toda la construcción) de los otros tipos de pensamiento:
mapas espaciales son usados como mapas conceptuales que
permiten el pensamiento abstracto.
Así como nuestros pies se mueven
de un lugar para otro por caminos espaciales, nuestras mentes se
mueven de pensamiento en pensamiento por caminos conceptuales.
Espacial, aquí, no significa geométrico o analítico, sino como un gráfico
topológico: qué está ligado con qué.
Tversky (2019) da el ejemplo de
la boca como otro ejemplo de estructura que evoluciona para ganar
nuevas funcionalidades: su función primaria es de alimentación, pero
la usamos para hablar, silbar, tocar flauta y besar.
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