Sí, existe un fenómeno que podría considerarse lo opuesto al trastorno de estrés postraumático (TEPT), aunque no es tan comúnmente mencionado o formalmente definido en la psicología tradicional. Algunos investigadores y autores lo han llamado crecimiento postraumático o incluso estrés postraumático positivo, en el cual una persona, después de un evento traumático, experimenta un profundo crecimiento personal, desarrollo de la resiliencia y una nueva apreciación por la vida.
En términos de lo que describes como “felicidad después de un momento feliz y cumbre”, podríamos referirnos a lo que algunos llaman “efecto de elevación” o “resonancia emocional positiva”. Este fenómeno ocurre cuando una experiencia altamente positiva o significativa genera sentimientos duraderos de bienestar, optimismo y una mayor conexión con los demás. A veces, después de un logro significativo o un momento de felicidad cumbre, las personas sienten una mayor gratitud, motivación y energía para seguir adelante.
Un término filosófico que podría acercarse es el de eudaimonía, que se refiere a la felicidad o plenitud derivada de vivir una vida con sentido y propósito, especialmente después de experiencias elevadas o de conexión profunda con algo mayor.
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