Tratamientos
Autodirigidos
Tratamientos autodirigidos
administrados por computadores han existido por
más de 40 años, y su característica definitoria es que la intervención
se entrega principalmente a través de tecnología informática. Pueden ser usados
en casa o en establecimientos de salud para realizar intervenciones que antes
sólo se podía a través de especialistas.
Por otra parte,
capacidades múltiples de lenguaje pueden ser construidas en el sistema para
proporcionar tratamientos a personas que de otra manera tendrían pocas opciones
de terapias en sus comunidades. Los primeros programas psicoterapéuticos
parecieran ser aquellos desarrollados en 1966 por Colby (psicoanálisis) y en 1977
por Slack (usando terapias de soliloquios en un acercamiento no directivo).
Ambos programas usan
lenguaje natural – escrito o hablado – como la entrada primaria del paciente. Otro
programa de la época, ELIZA, fue desarrollado en 1966 para estudiar
lingüística, aunque algunos la anunciaron como un programa terapéutico. Experimentos
clínicos de esos programas no alcanzan estándares de evaluación moderna, pero
está claro que los usuarios encontraron los programas aceptables y fácilmente
les reveló información personal.
El
hallazgo de que a los pacientes les es más fácil abrirse sensiblemente frente a
computadores, siendo una situación menos embarazosa que entregar información
personal a otro, ha sido respaldado por estudios d Locke y otros.
La actual generación de
programas de tratamientos autodirigidos están basados principalmente en
terapias cognitivo conductuales y usan múltiples tecnologías. Muchos de estos
programas se enfocan en depresión, como en 1990 programas hechos por Selemi, el
cual entregaba terapia cognitivo conductual a través textos y menús.
Programas más recientes
han incorporado el internet, como Carter para la NASA que usa para resolver
problemas terapéuticos a Cavanagh, comercializado en el Reino Unido. Otros
programas han tenido éxito en el tratamiento de trastornos de la alimentación y
el abuso de sustancias.
Intervenciones recientes
han sido desarrolladas a través de mensajes de textos de teléfonos móviles,
como programas para dejar de fumar y pérdida de peso, también a través de
consolas de juego (wii, playstation, etc) pero más dirigidas a la juventud.
En este punto, el
meta-análisis y la sistematización de publicaciones empiezan a sintetizar la
literatura en tratamientos autodirigidos asistidos por un ordenador.
Un
meta-análisis conducido por Reger y Gahm, consta de 19 evaluaciones de internet
y tratamientos basados en computador sobre trastornos de ansiedad y encontraron
medidas por sobre el promedio.
Adicionalmente, una
revisión sistemática de 8 estudios sobre tratamientos autodirigidos para
trastornos obsesivo compulsivo, conducido por Lack y Storch. Mientras ellos
encontraron que los beneficios de los tratamientos autodirigidos variaban entre
los estudios, un programa fue superior
para tratamientos por médicos.
Cavanagh y Shapiro desarrollaron un
meta-análisis de 5 tratamientos autodirigidos para depresión y ansiedad, y
encontraron ganancias importantes pre/post para las personas que usan este
programa, aunque los tratamientos asistidos por computadores no resultaron tan
eficientes como los cara a cara con un médico.Finalmente, Kaltenthaler y
sus colegas desarrollaron una revisión detallada de 4 experimentos médicos,
elegidos de forma azarosa, con este tratamiento dirigido a depresiones
moderadas.
Ellos encontraron que tres de los cuatro estudios el estudio
demostró eficacia, con uno el tratamiento produjo mejores resultados que la
atención primaria, aunque el abandono prematuro a los tratamientos fue problema
para todos.
En su conjunto, la investigación sugiere que en el campo algunos
tratamientos asistidos por un ordenador se encuentran en sus primeras fases.
Hemos aprendido que algunos tratamientos funcionan mejor que otros, pero no son
necesariamente mejores que tratamientos cara a cara por un especialista. Sin
embargo, debido a su crecimiento y la observación que arroja números que son
similares entre terapias cognitivo conductuales asistidas por ordenadores y
tratamientos cara a cara, se muestran prometedores para el alcance de las masas
que de otra forma no tendrían acceso.
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