Una variedad de programas se
han desarrollado para asistir a los profesionales de la salud mental para
entregar tratamientos de salud mental especializada durante visitas en despacho.
Por ejemplo, un programa desarrollado por Litz y sus colegas, en la
Administración de Veteranos, guió tratamientos de estrés post-traumático
durante las sesiones y facilitó tareas de la terapia para la casa.
Otro
programa, por Craske y colegas, sirve como herramientas en sesiones de médicos
para guiar trastornos de ansiedad de los pacientes a través de terapias
cognitivo conductuales. Programas de computadores en-oficinas también han
desarrollado para la rehabilitación cognitiva en pacientes esquizofrénicos. Una
combinación sofisticada de software y hardware permite realidades virtuales en
oficinas de terapeutas, lo que puede ser usado para el control de las
experiencias visuales, auditivas e incluso olfatorias del paciente.
Realidades
virtuales han sido usadas por Rizzo en tratamientos de déficit atencional y
disfunciones del sistema nervioso central. Otros programas de realidades
virtuales pueden ser usados para terapias de exposición como trastornos de
estrés post-traumático que devienen de la guerra, o para tratar fobias, como el
miedo a hablar en público o volar.
Estas tecnologías en-sesión pueden aumentar
las capacidades y entrenamiento de los médicos, pero dejan sin conclusión una
variedad de problemas importantes que afectan la disponibilidad de EBTs: la
posible escasez de médicos disponibles, el estigma de pedir ayuda, y la cuestión
del costo.
Consecuentemente, estas terapias asistidas por tecnología -mientras juegan un importante papel
mejorando la salud- son omitidas a partir de nuestra discusión de tecnologías
computarizadas, que es lo que específicamente nos concierne con aquello que
mejora la propagación de EBTs.
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