Cuestionarios
online para evaluación y seguimiento del paciente
Para
la evaluación psicológica se utilizan diversas técnicas, siendo las más
populares las entrevistas y los cuestionarios, pero también se aplican pruebas
neuropsicológicas y otros procedimientos de recogida de información.
La
evaluación mediante cuestionarios implica dos actividades claramente
diferenciadas:
(1)
la administración y puntuación del sujeto en los constructos psicológicos que
se pretende medir, y
(2) la interpretación de las puntuaciones
obtenidas.
La
interpretación del resultado de un cuestionario es útil para establecer un
diagnóstico, aunque normalmente un simple cuestionario no es suficiente. En
general el diagnóstico se establece a partir de la integración e interpretación
sistémica de todos los datos recogidos durante el proceso de evaluación,
incluyendo la anamnesis, uno o varios cuestionarios y/o pruebas neurológicas, y
datos clínicos obtenidos mediante una o más entrevistas.
De
acuerdo con (Schoenfeldt, 1989)la utilización de cuestionarios computarizados
está cada vez más extendida, y cada vez hay más y mejores versiones
disponibles.
En
los últimos años se han validado versiones computarizadas de cuestionarios para
evaluación y diagnóstico de diferentes trastornos, como por ejemplo fobias,
depresión, ansiedad, problemas de abusos de alcohol y substancias, frente a las
mismas versiones de los cuestionarios administradas por los terapeutas en papel
(Butcher et al., 2004; I. Marks, 1999; A.
Parkin, 2000). Los datos
obtenidos en un estudio realizado por Butcher, (Butcher et al., 2004) revelan
que para las evaluaciones basadas en estadística los cuestionarios
computarizados ofrecen un 10% más de exactitud que las pruebas en papel
administradas por los clínicos.
Otros
estudios (Ferriter, 1993; M. Newman, 2004) demuestran que a menudo a los
pacientes les resulta más fácil revelar información sensible a un ordenador que
a otra persona.
Sin
embargo, los pacientes aseguran sentirse menos incómodos con ordenador que con
un clínico, pero la evidencia (Fowler, 1985) sugiere que describen sus
sentimientos mejor a otro ser humano que a un ordenador.
Los
ordenadores también ofrecen ventajas en términos de ahorro de tiempo,
repetibilidad y la eliminación de muchas de las variables de interpretación
subjetiva.
Muchos
de los procedimientos de evaluación computarizada generan informes escritos,
que resumen la información introducida por el paciente y hacen recomendaciones
que los clínicos pueden usar como ayuda a la toma de decisiones sobre el
tratamiento.
En
(Percevic, M. J. Lambert, & Kordy, 2004) se describe el sistema AKQUASI. Se trata de un programa que utiliza
cuestionarios computarizados para generar modelos de seguimiento continuo y
realimentación del paciente. AKQUASI
se puede utilizar desde cualquier dispositivo con conexión a Internet (PC,
portátiles, PDA, teléfono móvil) y permite a los clínicos adaptar los
cuestionarios y los algoritmos de puntación/evaluación, a partir de una serie
de funciones predefinidas, elementos de entrada y los instrumentos psicométricos.
Un
problema, todavía no resuelto, en el área de los cuestionarios computarizados
es la falta de normalización. Para medir una misma variable existe una gran
variedad de cuestionarios, que utilizan diferentes escalas. Esto hace que sea
difícil combinar los resultados obtenidos de los distintos cuestionarios, ya
que a veces incluso pueden ser contradictorios. Una posible solución a este
problema podría ser el uso de ontologías para lograr un estándar en la
nomenclatura y escalas utilizadas en los distintos cuestionarios y/o la
utilización de conjuntos de lógica difusa para combinar los resultados
obtenidos en las diferentes escalas. En la presente tesis se ha propuesto el
uso de ontologías para CBT (Zaragozá, Guixeres,
& Alcañiz, 2009),
diseñando una ontología genérica para CBT que pueda ser extendida para cada
trastorno en particular.
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